viernes, 6 de febrero de 2015

El humor en cuentos de Leonora Carrington

Hay distintos tipos de humor. Sin embargo, todos apuntan a enfrentarse a algo a través del recurso. "Con Bajtín (1994) sabemos del poder transgresor del humor, de su posibilidad de revertir jerarquías, de trastocar el orden establecido, de permitir al menos por un lapso de tiempo, el del carnaval, el de la ficción, que el mundo sea otro, opuesto al oficial, al hegemónicamente establecido"1.
En estos cuentos elegidos de la antología "Leche de sueño" (2013) veremos ejemplos de humor negro y humor absurdo (como una expresión del primero), que caracterizan a la narrativa de la artista Leonora Carrington.

Portada 

Leonora Carrington
Tres cuentos en verso del libro "Leche de sueño"

EL CUENTO FEO DE LA MANZANILLA
Angelito estaba enfermo. Tenía gripa.
Su mamá lo encerró en su cuarto. 

—Angelito, no te vayas a levantar de tu camita —dijo.
—No mamá —contestó Angelito.
Apenas se fue, Angelito se levantó y abrió la ventana.
Abajo pasaba una señora.
Angelito le hizo pipí encima.
La señora dijo: "Está lloviendo", y corrió.
A Angelito le gustó esto.
Tomó más té de manzanilla, para tener más pipí.
Pasó un señor y Angelito volvió a hacer pipí.
El sombrero del señor estaba todo mojado de pipí
—¡Te pego! —le gritó muy enojado.
Angelito se escondió.
El señor se fue gritando. —¡Gente cochina!
Angelito se quedó en su cama hasta que vio venir al elefante
y el caballo.
Les hizo pipí.
El elefante subió al cuarto y se comió la camita de Angelito.
El caballo se subió sobre el armario y chupó la pintura de la pared.
Después hizo caca en el té de manzanilla.
—¿ Ya ves ? —dijo el elefante.


En este primer cuento podemos ver que el humor presente en primera instancia desde lo escatológico se torna negro, ya que “que se complace fingidamente en el tratamiento desaprensivo y gozoso de herejías como el asesinato (...), la tortura”2, que en este caso se dan de forma implícita en la acción del elefante, que comiendo la cama de Angelito perpetra el primer acto de venganza contra el niño, que al hace pipí a modo de travesura afectaba cada vez a más personas. La segunda desaparición la sufre la pintura de la pared, y cuando en una anticipación lectora pensamos que lo mismo puede sucederle al niño, el humor escatológico retorna, para dar paso al final que cierra la venganza de los animales hacia Angelito, que lleva por nombre una paradoja con su verdadero ser, pues de "Angelito" no tiene nada, y aprovecha su soledad en la habitación donde está en condición de enfermo en recuperación para atreverse a molestar con su lluvia de pipí a los mayores y a aquellos que pasaran por allí (como el elefante y el caballo).

EL MONSTRUO DE CHIHUAHUA
En su tiempo de luna pequeña, camina el monstruo por esta 
calle.
Se llama Chavela Ortiz.
No tiene domicilio.
Ni esposo.
Ni madre.
Ni padre.
Ni hijos.
Pero sí tiene seis patas
y una joya de oro y perlas, donde guarda
el retrato de Don Ángel Vidrio González
—Jefe del Departamento Sanitario—.
El monstruo dice:
Cincos y cuatros.
Cincos y cuatros.
Cincos y cuatros.
5 y 4; 5 y 4; 5 y 4 . . .
después hace el total.


Este cuento lleva al lector, con el absurdo, a conocer las características de un monstruo. La descripción pierde sentido al contar lo que este personaje dice. El lenguaje es utilizado para contar hasta tener que sumar un total que no es útil para nada. Su soledad y el dejo de nostalgia en guardar un retrato contrastan con ese conteo de cincos y cuatros final, que no respeta el orden de las numeraciones y agrega caos a la crueldad de ser sólo uno caminando por la calle.



CUENTO NEGRO DE LA MUJER BLANCA
La mujer blanca se vistió de negro. 
Todito negro y negro.
Hasta sus mismas pijamas y su jabón.
Negro y negro todas sus cosas.
Como la noche, como el carbón.
Pero
Cuando lloraba aquella mujer
sus lágrimas eran azules
y verdes como los periquitos.
Lloraba mucho aquella mujer
y tocaba la flauta.
La
Mujer
Blanca
Vestida
De
Negro
Llorando
Y
Tocando
Su
Flauta.
 
El cuento está conformado por versos agónicos, que comienzan siendo breves pero compuestos por varias palabras y terminan con una sola en cada línea. Comparaciones de la negrura de varios objetos dan paso a la mujer, que ataviada en un negro profundo contrasta con ser (es blanca) y sus lágrimas de colores fuertes. Su tristeza es la que la envuelve de llanto y sonidos de flauta. Quizá alla humor en la ilustración que demuestra en el rostro del personaje un eterno tocar del instrumento y el absurdo de la acción, que no hace menguar su tristeza.

Una descripción breve del libro "Leche de sueño", que se consigue en venta en portales como casadellibro.com, es el siguiente:


"Con la misma sensibilidad que le permitió abrir ventanas a un universo de sueños en su obra plástica, Leonora Carrington creó, como regalo para sus hijos, un mundo impredecible habitado por seres fantásticos, monstruos y niños insólitos. Durante veinte años, la libreta donde la artista escribió y dibujó estos cuentos de fascinante extrañeza estuvo en manos del escritor y dramaturgo chileno Alejandro Jodorowsky. Ahora, por primera vez, los lectores también podrán compartir ese mundo, con esta edición facsimilar que resguarda intacta la espontaneidad onírica de los textos e ilustraciones originales, que además va acompañada de textos introductorios de Ignacio Padilla y Gabriel Weisz -hijo de la artista-, y un epílogo de Jodorowsky."
***
De esta autora, se encuentra el cuento "Los conejos blancos" en la web, aquí. Este cuento forma parte de la antología "Cuentos inolvidables según Julio Cortázar" de Alfaguara. 
1- Marcela Carranza, “El humor negro: una poética de la irreverencia en la literatura para niños”.Encuentro Internacional de Estudio y Debate "Literatura Infantil y Matices" (Tarazona, Zaragoza, España), octubre de 2009..

2- Stilman (1967:13) en Carranza (2009: 252).

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