jueves, 5 de febrero de 2015

Cine: El globo rojo

Este artículo presenta un producto cultural audiovisual en relación a la niñez abordando su análisis desde la ficción, a través de la figura del protagonista niño. Se tocan temas relacionados con la filosofía de la niñez y los puntos de vista de los niños respecto de los adultos, la vida en la ciudad, el juego, las relaciones humanas, las costumbres y los valores morales. 

A través de una experiencia estética, como es leer un libro, disfrutar una obra teatral, escuchar una canción o como en este caso, ver una película, los adultos podemos vivenciar una sensibilidad de niños, acercarnos a ese devenir encontrándonos en lugares no cotidianos o desconocidos completamente que posibilitan algo no pensado para nosotros.


EL GLOBO ROJO


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La experiencia de volver a sentir lo que experimenta Pascal, el niño del mediometraje El globo rojo (1956), de Albert Lamorisse produce una intimidad en la forma de estar con el mundo en los espectadores. La autenticidad de la impotencia en los momentos en que el niño se ve acorralado por la amenaza de que le roben su globo, o la tristeza que siente cuando los otros niños apedrean ese objeto que es suyo, se depositan en los que observamos atentamente el film y nos hacen reflexionar sobre la construcción de mundo que ya hemos hecho y sobre la que constantemente podemos operar: ampliando opiniones, modificando o intensificando sensaciones y saberes.

Este mediometraje, a la vez, nos da la posibilidad de ver cómo el mundo adulto reacciona muchas veces de forma apática al juego de los niños y negativa -mostrando rechazo- ante la posibilidad de estos de tomar una decisión, mostrarse independientes y capaces en las tomas de decisiones o en el enfrentamiento de un problema.

A pesar de esto, el niño también tiene un costado adulto. Cuando el globo comienza a seguir sus pasos, es Pascal quien le ordena que lo espere fuera de una panadería donde comprará o -porque es consciente de que su globo no puede entrar a clases con él, lo deja a cuidado de un adulto y en el segundo día que va con el globo al colegio pretende dejarlo en el patio para que "lo espere" pero el globo insiste en seguirlo y esto le causa inconvenientes con sus mayores.

En relación a la mirada del niño, podemos observar cómo se entristece ante la imposibilidad  de reaccionar ante la reticencia de los adulto a compartir espacios con el globo o de frenar a los niños que lo persiguen para quitarle lo que es suyo y que finalmente atacan a su globo.

Como contrapartida se puede mencionar el comienzo de la obra: la libertad del niño que circula solo por la ciudad yendo y viniendo de la escuela, y pasando algunos ratos libres en las calles antes de ir a casa queda reforzada en la acción de darle esa libertad al globo, desatado por Pascal de una farola.

En una mirada pedagógica de la película, se han desarrollado materiales educativos para el análisis de los niños sobre los personajes, la realidad "mágica" que aporta lo sobrenatural -el globo vuela persiguiendo a su dueño, y forja una relación parecida a la amistad con él- pero también sobre los valores morales que se pueden interpretar. También se ha vinculado el final feliz con la ascensión de las personas buenas al cielo (tal como Cristo en las religiones cristinas) e interpretado una batalla que gana el bien sobre el mal. 

La muerte, como metáfora presente en el momento en que el globo se desinfla, es un tema que también aparece como construcción y aporta tristeza por la forma en que la "vida" es arrebatada mediante la violencia.

En la ficha pedagógica para uso hay más detalles sobre esto: "Aprendiendo con el cine: el globo rojo"

Además se puede encontrar un texto de análisis sobre aspectos estéticos de la película que incluyen encuadres, movimientos de cámara, colores, fotografía, localizaciones, actores participantes y galardones otorgados a la obra.

Para saber más se puede consultar el artículo sobre El globo rojo en la Enciclopedia Libre Wikipedia.

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